No existen datos fehacientes de la fundación de Carataunas, aunque se puede datar en algún momento de la dominación musulmana de la península, durante el período árabe-andalusí, pues su nombre actual proviene de la palabra árabe »Caratamuz», que es sinónimo lugar de tranquilidad, también significa »tierra de launa» por las canteras que aquí existen de esa tierra arcillosa.
Este pueblo formó parte del Señorio de Órgiva, donado por la reina Isabel la Católica al Gran Capitán, Gonzalo Fernandez de Córdoba. Este Señorio estaba formado por Órgiva, Cáñar, Soportújar, Carataunas y otros pueblos desaparecidos como Barja. Según la tradición cada pueblo del Señorio tenía un oficio y a Carataunas le correspondió la Administración de la Justicia; de aquí la existencia de unos huertos llamados de la Inquisición donde estuvieron ubicadas las cárceles.
Desde la época árabe existieron industrias de seda debido al gran número de árboles de moral. También industrias vinicultoras, explotación de minas de hierro ubicadas en el lugar llamado »La Perica», canteras de yeso extraído y transformado de forma muy primaria. También han existido hasta hace poco molinos de aceite y de harina muy rudimentarios.
Dada su mucha industria tenía buenos recursos económicos, de ahí la suntuosidad de su iglesia barroca del siglo XVI. Posteriormente, sufre las consecuencias de la expulsión de los árabes, quedando a ser un asentamiento despoblado. Cuando se realiza la repoblación de la Alpujarra en tiempos de Felipe II a finales del siglo XVI, Carataunas se repuebla con cristianos viejos traídos de Galicia, Castilla-León y Portugal. Trece son los primeros que vinieron y otros tantos para repoblar Barjal, hoy día desaparecido por una crecida del Río Chico a últimos del siglo XVII. Fue precisamente Felipe II quién concedió a Carataunas el título de Villa.
Debido al aislamiento geográfico de la Alpujarra, a lo largo de la historia, Carataunas, al igual que otros pueblos de la comarca, ha desarrollado una cultura propia y diferenciada, que tuvo su esplendor en la época árabe, toda la Alpujarra era un importante emporio agrícola especializado en la producción de seda.
Actualmente hay censados en Carataunas 262 habitantes que viven de la construcción, la explotación agrícola y ganadera sobre todo ganado cabrío, también avestruces, jabalíes, venados, pavos reales, gallinas de Guinea, etc.
Carataunas es uno de los pueblos más bellos de la Alpujarra. Su paisaje sereno, tranquilo y de extrema belleza, su gente sencilla, amable y acogedora, su buen clima, abundante agua y buena situación geográfica hacen de este precioso pueblo un lugar especial para vivir, descansar y olvidarse del bullicio de los grandes pueblos y ciudades.